martes, 7 de julio de 2015

Bibliotecas del mundo Strahov Theological Hall, Praga ,República Checa


En Praga tenemos o mejor dicho tienen la biblioteca del monasterio de Strahov, que podréis visitar previo pago de un módico precio y fotografiar si pagáis otro módico precio además del de la entrada. No podréis pasar de la puerta a no ser que concertéis una visita guiada, pero evidentemente ver esto y estar aquí es una experiencia que merece la pena, y el viaje.


Curiosamente, junto a la biblioteca, está el gabinete de curiosidades de Strahov, fue adquirido a partir del legado del barón Karel Jan Eben (muy conocido en su casa a la hora de comer)  en el año 1798. Estos gabinetes de curiosidades (cámaras de las maravillas) fueron los inmediatos antecesores de los museos modernos. El actual museo antropológico de Madrid fue un gabinete de curiosidades. Podréis ver las colecciones de ciencias naturales, principalmente de fauna marina, completadas con las colecciones de insectos, de minerales y de imitaciones de frutos modelados en cera. Cuerpos de cetáceos y el diente de un narval, que en el pasado se hacía pasar por el cuerno de un unicornio. En la pared de atrás del pasillo podemos ver una pintura perspectiva ilusiva de Achbauer, del año 1825, que prolonga el pasillo gracias a un engaño óptico.

  
 
 

La Sala Teológica fue construida durante el mandato del abad Jeroným Hirnhaim (1671 – 1679) (También muy conocido en el comedor del monasterio a la hora de comer). Sobre la forja de hierro de la puerta en la pared opuesta de la biblioteca hay un pequeño escrito: INITIUM SAPIENTIAE TIMOR DOMINI (El comienzo de la sabiduría es el temor a Dios, aunque yo pienso que es todo lo contrario)

En la parte de la izquierda está la llamada rueda de compilaciones, del año 1678, usada para el estudio. En las estanterías de esa rueda el escribano tenía distribuidas las fuentes en las que se inspiraba, digamos el internet de la época. Un sistema planetario permitía durante el giro de la rueda, mantener su estantería siempre en el mismo ángulo, de manera que no provocase el desplome de ningún libro.        

En el centro de la Sala Teológica hay una fila de esferas, tanto terráqueas como astonómicas, de los siglos XVII y XIX.

En la Sala Teológica, que recibe su nombre según el contenido de sus libros, hay más de 20.000 volúmenes. Toda una pared que está ocupada exclusivamente de diferentes publicaciones de la biblia o de algunas de sus partes en varios idiomas.

En los años 1993-1994 el interior fue restaurado. Las estanterías fueron desmontadas y toda la madera saneada. Debajo del color gris azulado original ya a finales de los años 80 se descubrió el barniz original rojo anaranjado, que, ya que era el original, tuvo la preferencia.


En el último cuarto del siglo XVIII se decidió construir nuevos espacios para las nuevas remesas de libros que llegaban a la bibloteca. Para ello se levantó la actual Sala Filosófica en el lugar de un antiguo granero. La estructura completa con su fachada fue levantada ya en el año 1783, pero tras la ventajosa compra de un interior de biblioteca en madera de nogal, que el abad trajo del rescindido monasterio premonstratense en Louka, cerca de Znojmo, las dimensiones de la futura sala fueron adaptadas a las dimensiones del mobiliario, algo nada sorprendente, yo hice eso en mi casa con un dormitorio. Las extrañas dimensiones de la sala (32 metros de largo, 10 de ancho y 14 de alto) se acentúan con la monumental pintura del techo que creó el pintor vienés Franz Anton Maulbertsch durante seis meses del año 1794 con un solo ayudante, (Evidentemente lo de la crisis no es nada nuevo) Las filas más altas de libros son accesibles solamente desde la galería a la cual llevan unas escaleras de espiral,

Entre los siglos XVIII y XIX la bibloteca se hizo famosa en el ambiente cultural europeo. Las numerosas visitas de personalidades famosas, a partir del año 1792, fueron registradas en el libro de visitas más antiguo. El 17 de junio de 1812 visitó la sala la princesa austríaca María Luisa, esposa consorte de Napoleón Bonaparte. En el otoño de ese mismo año mandó a la bilioteca de Strahov, además de un servicio de porcelana vienés (expuesto en un armario en el gabinete de curiosidades) una obra de cuatro volúmenes sobre la colección de pintores en el museo del Louvre en París y un escrito sobre las plantas liliáceas de los jardines del palacio de Versalles. En el primer plano de la sala se encuentra una mesa plegable del siglo XVIII que esconde en su interior una pequeña silla y, gracias a un perspicaz mecanismo, también unos pequeños peldaños que ríete tú de Ikea.

La Sala Filosófica recibió su nombre no solamente por las pinturas decorativas del techo, sino también por el contenido de los libros que se encuentran en ella. Además de Filosofía, que antiguamente aglutinaba todas las ciencias, podemos aquí encontrar obras relacionadas con las ciencias históricas, filológicas, legales, naturales, etcétera. El número total de volúmenes en esta sala supera los 50.000 ejemplares. La sala fue completamente restaurada en los años 2009-2010.

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