En Praga tenemos o mejor dicho tienen la biblioteca
del monasterio de Strahov, que podréis visitar previo pago de un módico precio
y fotografiar si pagáis otro módico precio además del de la entrada. No podréis
pasar de la puerta a no ser que concertéis una visita guiada, pero
evidentemente ver esto y estar aquí es una experiencia que merece la pena, y el
viaje.
Curiosamente, junto a la biblioteca, está el
gabinete de curiosidades de Strahov, fue adquirido a partir del legado del
barón Karel Jan Eben (muy conocido en su casa a la hora de comer) en el año 1798. Estos gabinetes de
curiosidades (cámaras de las maravillas) fueron los inmediatos antecesores de
los museos modernos. El actual museo antropológico de Madrid fue un gabinete de
curiosidades. Podréis ver las colecciones de ciencias naturales, principalmente
de fauna marina, completadas con las colecciones de insectos, de minerales y de
imitaciones de frutos modelados en cera. Cuerpos de cetáceos y el diente de un
narval, que en el pasado se hacía pasar por el cuerno de un unicornio. En la
pared de atrás del pasillo podemos ver una pintura perspectiva ilusiva de
Achbauer, del año 1825, que prolonga el pasillo gracias a un engaño óptico.
La Sala Teológica fue construida durante el
mandato del abad Jeroným Hirnhaim (1671 – 1679) (También muy conocido en el
comedor del monasterio a la hora de comer). Sobre la forja de hierro de la
puerta en la pared opuesta de la biblioteca hay un pequeño escrito: INITIUM
SAPIENTIAE TIMOR DOMINI (El comienzo de la sabiduría es el temor a Dios, aunque
yo pienso que es todo lo contrario)
En la parte de la izquierda está la llamada
rueda de compilaciones, del año 1678, usada para el estudio. En las estanterías
de esa rueda el escribano tenía distribuidas las fuentes en las que se
inspiraba, digamos el internet de la época. Un sistema planetario permitía
durante el giro de la rueda, mantener su estantería siempre en el mismo ángulo,
de manera que no provocase el desplome de ningún libro.
En el centro de la Sala Teológica hay una
fila de esferas, tanto terráqueas como astonómicas, de los siglos XVII y XIX.
En la Sala Teológica, que recibe su nombre
según el contenido de sus libros, hay más de 20.000 volúmenes. Toda una pared que
está ocupada exclusivamente de diferentes publicaciones de la biblia o de
algunas de sus partes en varios idiomas.
En los años 1993-1994 el interior fue restaurado. Las estanterías fueron
desmontadas y toda la madera saneada. Debajo del color gris azulado original ya
a finales de los años 80 se descubrió el barniz original rojo anaranjado, que,
ya que era el original, tuvo la preferencia.
En el último cuarto del siglo XVIII se decidió construir nuevos espacios
para las nuevas remesas de libros que llegaban a la bibloteca. Para ello se
levantó la actual Sala Filosófica en el lugar de un antiguo granero. La
estructura completa con su fachada fue levantada ya en el año 1783, pero tras
la ventajosa compra de un interior de biblioteca en madera de nogal, que el
abad trajo del rescindido monasterio premonstratense en Louka, cerca de Znojmo,
las dimensiones de la futura sala fueron adaptadas a las dimensiones del
mobiliario, algo nada sorprendente, yo hice eso en mi casa con un dormitorio.
Las extrañas dimensiones de la sala (32 metros de largo, 10 de ancho y 14 de
alto) se acentúan con la monumental pintura del techo que creó el pintor vienés
Franz Anton Maulbertsch durante seis meses del año 1794 con un solo ayudante,
(Evidentemente lo de la crisis no es nada nuevo) Las filas más altas de libros
son accesibles solamente desde la galería a la cual llevan unas escaleras de
espiral,
Entre los siglos XVIII y XIX la bibloteca se
hizo famosa en el ambiente cultural europeo. Las numerosas visitas de
personalidades famosas, a partir del año 1792, fueron registradas en el libro
de visitas más antiguo. El 17 de junio de 1812 visitó la sala la princesa
austríaca María Luisa, esposa consorte de Napoleón Bonaparte. En el otoño de
ese mismo año mandó a la bilioteca de Strahov, además de un servicio de
porcelana vienés (expuesto en un armario en el gabinete de curiosidades) una
obra de cuatro volúmenes sobre la colección de pintores en el museo del Louvre
en París y un escrito sobre las plantas liliáceas de los jardines del palacio
de Versalles. En el primer plano de la sala se encuentra una mesa plegable del
siglo XVIII que esconde en su interior una pequeña silla y, gracias a un
perspicaz mecanismo, también unos pequeños peldaños que ríete tú de Ikea.
La Sala Filosófica recibió su nombre no
solamente por las pinturas decorativas del techo, sino también por el contenido
de los libros que se encuentran en ella. Además de Filosofía, que antiguamente
aglutinaba todas las ciencias, podemos aquí encontrar obras relacionadas con
las ciencias históricas, filológicas, legales, naturales, etcétera. El número
total de volúmenes en esta sala supera los 50.000 ejemplares. La sala fue
completamente restaurada en los años 2009-2010.